miércoles, 6 de agosto de 2014

El beso...

Digamos que Él llegó en el momento justo, me agarró desprevenida de cierta forma y lo admito, supo como dirigirse a mi.

Llevaba yo un tiempo sola, solo teniendo encuentros de sexo vainilla ocasionales pero nada serio, pues había decidido que para tener algo mas con alguien, tendría que ser BDSM, simplemente con las parejas vainilla termino aburriéndome. En el aspecto BDSM, salí y conocí a varios Doms, muchos muy agradables y otros no tanto, pero por dos razones nunca me atrevía a tener algo, la primera es que yo deseaba algo vainilla+BDSM, es decir que aquel ademas de ser mi Amo fuera mi pareja y lo segundo, creo que lo de mayor contundencia era mi desconfianza, ese terror de entregarme a un loco o a alguien que no lo valorara, salir herida con las tablas en la cabeza.

Respecto a lo primero, muchos me decían que tener ese tipo de relación era imposible (casi lo es) y la gran mayoría de los Doms prefieren tener a la sumisa y a la novia o esposa en campos separados. Respecto a lo segundo pues me cerraba mucho y me negaba a confiar, muchas veces incluso a conversar.

Un día alguien me dijo medio en regaño que dejara de autosabotearme, que me diera una oportunidad y que me abriera a otras posibilidades, ese día opté por seguir ese consejo, decidí dejar de esperar por mi pareja vainilla+BDSM, relajarme y confiar, ese día... justo ese día apareció Él.

Se dirigió a mi de una forma muy elocuente, pensada y elaborada con un "Hola" al que yo respondí de la misma forma, a esto siguió una conversación bastante normal donde yo misma mentalmente me animaba para continuar conversando, hablamos sobre lo que buscaba cada quien en el BDSM, halagos, gustos, experiencias, interés en cada uno y al stalkear un poco su página de Facebook, vi que tenía novia y luego de preguntar sobre ella me dijo que era vainilla, esto en realidad ya no era un problema para mi pues estaba en eso de abrirme a oportunidades y esas cosas, lo que siempre será un problema para mi son los engaños, me gusta que todo sea claro como el agua, entonces pregunté que si ella estaba enterada del BDSM y si sabría de la existencia de una sumisa en las manos de su pareja, a lo que me respondió que si, ella estaría enterada.

Al dejar a un lado mi preocupación por ser parte de un engaño, me relajé mas y la conversación prosiguió de una forma muy agradable. Intercambiamos números y continuó la charla por mensajes de texto, conociéndonos mas y mas, mensajes iban y venían sin parar durante TODO el día por varios días, cada vez me agradaba mas, hasta que propuso conocernos.

Ese día yo no estaba nerviosa como me había pasado antes, sentía que me iba a ver con un amigo mas. Nos encontramos en la feria de un centro comercial conveniente para ambos, llegué yo antes y esperé sentada, no lo vi llegar hasta que estuvo frente a mi saludándome, lo que me sorprendió y mas o menos asustó. Mis nervios nunca hicieron acto de presencia, lo inspeccionaba y escuchaba detenidamente mientras hablaba de anécdotas y gustos, yo intervenía cada tanto. Nos reímos, disfrutamos, tomamos Nestea (publicidad) y tocó la hora de irme, aunque no quería. Me acompañó al carro y me pidió que lo acercara a otro lugar en el carro, pensé que quizás era una excusa para estar un momento mas conmigo o tener mas privacidad, asentí, nos montamos en el carro y partimos. Alabó mi forma de manejar y llegamos al punto donde Él se quedaría.

Antes de despedirnos, Él me dijo que me deseaba como su sumisa, le gustaba mi forma de ser, nuestra compatibilidad y las posibilidades que esto nos ofrecía, me dijo que era su sumisa perfecta en forma de un buen discurso bastante tentador y me preguntó que pensaba, para mi era muy apresurado todo, a lo que respondió que cuando ve algo que quiere, va por eso y eso era yo (en ese momento a mis nervios se les ocurrió aparecer) y al acercarme para despedirme luego de decir que lo pensaría (una forma decente de salirme del asunto), me besó. Hubo un instante, menos de un segundo en el que pude haber apartado la cara, lo pensé, pero luego vino a mi mente "date una oportunidad", el beso fue correspondido.

Esa primera vez que probé sus labios, que su aliento estremeció mi cuerpo, fue glorioso, un beso largo seguido por muchos otros, no hablamos ni hicimos nada por 30 minutos. Ahí estábamos en el carro, reconociendo nuestros sabores, texturas, nuestras lenguas jugueteaban y se enlazaban, no nos queríamos separar y nuestras respiraciones se agitaban, nos abrazábamos y no separábamos nuestros labios, yo no quería. Por esa media hora el resto del mundo dejó de existir, nos ubicabamos en un lugar bastante transitado pero no importó, delirando queriendo devorarnos. Tuvimos que detenernos para retomar la calma y fue cuando notamos la hora, Él tenía un compromiso al que ya iba tarde y yo tenía que ir a casa, así que después de unas miradas de deseo y complicidad, nos despedimos.

Arranqué el carro volviendo a la realidad, todo mi cuerpo temblaba y sentía mi sexo mojado gracias a ese beso. Daba y daba vueltas en mi cabeza su forma tan... Dominante de besar, llevando el control siempre y agarrándome fuerte por el cabello cada tanto, sus palabras no quedaban atrás y recorrían mi mente de la misma forma mientras manejaba a casa, no sabía que hacer pero de algo no quedaba duda, había logrado que lo deseara. Me pregunté si Él, camino a su compromiso estaba pensando en mi tanto como yo en Él y sonreí, probablemente si. Su forma de llevar el control durante el beso me hizo pensar que sería un Dominante que iba a poder conmigo, pues por mi carácter necesito a un Amo estricto, que sepa tomar el control, que me imparta disciplina e intransigente pero comprensivo. Si, todo eso lo pensé por un beso, ya dije que daba vueltas en mi mente y me detuve a un lado de la vía para escribir un mensaje donde decía que quería intentarlo mientras su novia estuviera enterada y que fuéramos poco a poco. Si, me asustaba lo rápido que pasaba pero ese beso... Ese beso...