Daré mi opinión desde
el punto de vista de sumisa sobre mas o menos lo básico de la Dominación.
Primero que nada,
antes aclaré que una persona Dominante es la que lleva la batuta en estas
relaciones, es quien posee el poder, cedido por voluntad propia de parte de la
persona sumisa. A mi parecer, una persona Dominante en primera estancia nace,
no se hace, hay ciertas características que son innatas en un buen Dominante,
que si no se tienen no funcionará igual. En segunda estancia un Dominante se
hace por voluntad propia, crece, aprende, se instruye, incluso con ayuda de
otros Dominantes de más experiencia, pues para estas prácticas se tiene que
tener ciertos conocimientos y como nadie nace aprendido pues educarse, leer y practicar
es la mejor manera de ser un buen Dominante.
“Los Amos dentro del contexto BDSM son
personas que mientras les sea de su agrado y puedan hacerlo, velarán por el
bienestar físico y psíquico de sus propiedades dentro de sus limitaciones
humanas y mentales. Cuando dejen de poder hacerlo o cuando por algún motivo
deje de agradarles sentirse responsables por la vida de otra persona, dejarán
de hacerlo con toda naturalidad ya que el rol está al servicio de la persona y
no debería ser nunca al revés.”
(Extraído de www.circulobdsm.org en un post de
camelia)
Al aceptar al
sumiso bajo su poder, el Dominante pasa a tener una gran responsabilidad en sus
manos, a veces muy alta cuando la entrega es tan amplia y delicada como la
esclavitud. Aceptar o elegir a una persona sumisa debe ser una labor de cuidado
ya que en el sumiso se buscará la satisfacción del Dominante, este evalúa el
nivel de entrega, los gustos y deseos del sumiso, personalidad y límites,
rasgos que deben ser de su gusto como cualquier relación vainilla, ya que el
Dominante no adopta a un sumiso, sino a una persona completa y si esta persona
no es de su agrado, lógicamente la relación no prosperará, aparte de estas
características muy propias de cada quién, el sumiso puede ser moldeado en los
otros aspectos por el Dominante, pero nunca sin alterar su verdadera esencia,
su verdadera personalidad y forma de ser, ya que al intentarlo puede causar
problemas en el sumiso y se pierde el placer que a este le causa estar a los
pies de su Amo o Ama.
Antes que nada
debe haber respeto, muchos pseudoAmos suelen creer que por ser lo que ellos
llaman “Amos” pueden disponer de cualquier persona sumisa a su antojo y
llamarlos con los adjetivos que deseen, pues NO, el respeto se gana, seas
sumiso, Dominante, switch, spanker, etc; el respeto se gana y punto, no por ser
un Dominante quiere decir que cada sumiso debe rendirte devoción y pleitesía,
acatar tus órdenes y estar a tus pies sin saber ni quién eres, sin antes
haberse entregado y haber llegado a un acuerdo, no es así, el respeto es lo más
importante. Muchos creen que al autoproclamarse Amos, pueden llegar a conseguir
sexo fácil y duro y repito, el BDSM no es eso.
El respeto entre Dominantes debe ser el mismo, no se debe buscar usar a una persona sumisa que ya tiene Dueñ@ y si se desea, se le debe comunicar a el propietario de esa persona y llegar a un acuerdo entre Dominantes y si la otra parte desea prestar a su sumiso (mientras no esté en los límites del sumiso), lo hará.
El respeto entre Dominantes debe ser el mismo, no se debe buscar usar a una persona sumisa que ya tiene Dueñ@ y si se desea, se le debe comunicar a el propietario de esa persona y llegar a un acuerdo entre Dominantes y si la otra parte desea prestar a su sumiso (mientras no esté en los límites del sumiso), lo hará.
Un Dominante,
debe conocer muy bien a su sumiso, pues dispondrá de él en diferentes niveles,
pero lo hará, al conocer los gustos, límites y sentimientos de su sumiso, se
puede llevar a cabo una mejor dominación, puede identificar los problemas del
sumiso y ayudarlo para superar estos, también puede ser una guía para crecer
como persona, descubrir nuevas experiencias e incluso conocerse más
individualmente.
Una vez escuché a
una Señora decir que el primer encuentro debe ser “vainilla”, es decir, no se
puede pretender dominar, adoptar, someter, sesionar y humillar desde la primera
vez que se conoce al sumiso, como toda relación, antes de iniciarla hay que
conocerse, como personas.
La sinceridad
debe ser también una característica de la persona Dominante, se valora mucho la
claridad y transparencia, aclarar qué tipo de relación desea, si en su
propiedad tiene a otros sumisos e incluso si tiene una relación vainilla, para
así poder establecer límites con más facilidad y que la persona sumisa sepa a qué
atenerse. Si hay algo que destaque en este tipo de relaciones es la sinceridad.
La comprensión es
importante ya que muchas veces la persona sumisa tiene ciertos límites que les
cuesta superar, también hay situaciones en las que un sumiso no puede acatar a
cabalidad las órdenes de su Dueño por cosas que están fuera de sus manos y como
todos los seres humanos, los sumisos cometen errores, que claro, el Dominante
luego corrige como mas le parezca adecuado. El Dominante debe primero
controlarse, ser Dueño de si mismo, conocerse bien y estar en equilibrio para
luego poder dominar a otra persona, tener la potestad de un ser humano en total
entrega no es fácil y exige un alto control para no abusar del poder.
Un Dominante es
estricto, tiene carácter para hacerse notar, para hacer sentir su dominación
sobre el sumiso, debe tener seguridad en sí mismo, ser de mano dura y castigar
cuando debe, de igual manera saber cuándo es el momento de premiar a su sumiso.
De esta manera con incentivos y castigos ya sean mentales o físicos, se moldea
poco a poco a la persona sumisa, este proceso es bastante satisfactorio para
ambas partes pues se pueden evaluar los avances y el crecimiento de la persona
sumisa. No cualquiera puede ser Dominante, este debe contar con una gran
inteligencia, intuición y ser detallista, el Dominante es una imagen de poder,
superioridad de todo tipo y autoridad ante los ojos de un sumiso y muchas veces
de misterio.
Con todas estas
armas y muchas otras cuenta el Dominante, para satisfacer sus deseos y
fantasías, con el servicio de su sumiso. Llevando de su mano al sumiso o
sumisa, la persona Dominante puede hacer darle un gran placer e incluso hacer
que el sumiso desee romper ciertos límites que antes tenía, deseará
experimentar, hacer su entrega cada vez más profunda y plena, complacer a su
Dueñ@, a su antojo, realizar sus órdenes y caprichos y esa será su
satisfacción.
Ya sea azotando,
atando, humillando, con agujas, abusando y usando a su sumiso, llevándol@ a
sensaciones extremas, haciendo que gima de placer, grite de dolor o llore sin
piedad, un Amo siempre sabe que es lo mejor para su sumis@ y al ser así la
entrega será plena y confiará el sumiso con los ojos cerrados en su Dueño. Un
Dominante puede usar como quiera y cuando quiera a su sumiso para su placer y
ahí está la felicidad del sumiso, todo esto dentro de los límites antes
estipulados.
Mis respetos a
todos los verdaderos Dominantes, pues las palabras no bastan para describir la
complejidad del rol que encarnan.
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